Los críticos de aliento corto suelen señalar que tal o cual poema, de amplia respiración rítmica, no quiere, finalmente, decir otra cosa que el día está lindo. Pero decir que el día está lindo es difícil, y el día lindo, como tal, transcurre. Debemos, pues, conservar lo lindo del día en una memoria florida y prolífica, y crear de tal modo una constelación de nuevas flores y nuevos astros que perpetúe los campos y los cielos de la exterioridad vacía y pasajera.
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