Pava
Comenzaste a silbar, a llamar la atención y sonreí,
me levanté iba a buscarte, lo juro
me distrajo el teléfono, anoté algo en un
papel.
Entonces te pusiste ansiosa
con esa queja tuya de tapa que salta.
Supe que no podía demorar más y apuré el
paso
llegué y ahí estabas, esperabas como
siempre.
Que te voy a decir de los inviernos tan tuyos
y míos
y de lo hermoso que te queda el frío si ya
estás hirviendo.
Había prometido que no volvería a pasar.